Rodolfo Fischer era un delantero de un físico envidiable, que lo sabía utilizar muy bien para hacer lo que mejor sabía: convertir goles.

Por estas horas hay mucha tristeza en la feligresía de San Lorenzo de Almagro. "El Lobo", tal como se lo conoció en el ambiente de la pelota, falleció hoy a los 76 años por una enfermedad incurable.

Es inevitable decir que el recordado Osvaldo Whebe, recientemente fallecido, lo tenía como ídolo. Más de una vez el gran relator de Río Cuarto habló de sus proezas. El portentoso delantero, nacido en Misiones, fue campeón con los azulgranas en 1968 y en 1972 y es el tercer goleador histórico de la institución (141 goles), detrás de José Sanfilippo (205) y Rinaldo Martino (142). El alcance de sus conquistas en la red lo llevó a ser dos veces el máximo artillo del fútbol local, en el Metropolitano 68 y en el Nacional 69.

En la Selección Argentina jugó en 35 partidos y marcó 12 goles, repartidos entre 1967 y 1972. En 1980, en tanto, logró el ascenso a Primera División con Sarmiento de Junín. En el final de su carrera, se recuerda su paso con la camiseta verde de Sportivo Belgrano, disputando los torneos de la Liga Cordobesa de Fútbol.