La respuesta es muy sencilla, se jugará en noviembre porque en junio y julio en Qatar se registran temperaturas de 40 y 50 grados. 

Tanto la zona geográfica como la humedad del ambiente que existe debido a las aguas del golfo Pérsico, provocan que, de forma natural, la temperatura en este punto de la península arábiga sea más elevada que en otras partes del planeta.

El motivo de esta decisión está relacionado a las altas temperaturas que se registran durante junio y julio en el territorio qatarí: las máximas oscilan entre los 40°C y los 50°C.

Por su parte, entre noviembre y diciembre, las temperaturas suelen estar entre los 20°C y los 30°C.

En los estadios habrá aires acondicionados que refrescarán tanto las tribunas como el campo de juego.