El 21 de agosto de 2016, Paula Pareto lucía orgullosa su condición de abanderada de la delegación argentina en la ceremonia final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

La yudoca, por entonces de 30 años, recibía esa distinción por haber derrotado el 6 de agosto anterior a la surcoreana Jeong Bo-Kyeong, en la categoría hasta 48 kilos.

Lo que había conseguido "La Peque" no era poco. Su conquista había traspasado décadas sin encontrar otro acontecimiento semejante. Pareto se constituyó aquel 6 de agosto en la primera mujer argentina en ganar una medalla de oro en un Juego Olímpico.

La deportista nacida en San Fernando, provincia de Buenos Aires, ya insinuaba su condición de gran candidata, al haberse consagrado campeona mundial en la misma categoría en el torneo disputado en Astana, Kazajistán, en 2015.

En el momento de vivir su mayor logro deportivo, Pareto ya era una médica recibida en la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se especializa en la especialidad de traumatología.