El 20 lo signa, lo marca. El 20 de noviembre de 1920 nacía al deporte. Cien años después, cobijado por el barrio La France, Huracán, el equipo "luminoso", el que como todas las instituciones tiene un elevado muestrario de grandes jugadores, cumple años.

Lo hace en un marco de austeridad, una constante en esta Argentina cada vez más apretada por las malas decisiones. Sin embargo, la pujanza diaria de unos pocos, con mucho más amor que dinero, lo ha sostenido, lo ha mantenido erguido a pesar de los tantos avatares que hubieran volteado al cuerpo más sólido.

Debe su nombre de "luminoso" a la iniciativa de sus dirigentes que el 21 de diciembre de 1929 le abrieron la puerta al fútbol de verano en Córdoba cuando encendió la luz de cientos de lamparitas que adornaban su cielo para que el músculo se tensara en su rectángulo. Desde ese momento el fútbol nocturno comenzó a jugarse en la Docta.

Su mayor exponente fue José Luis Cuciuffo, pecho erguido, mirada al frente, rulos contenidos, salida prolija desde el área, marca firme pero no agresiva en cualquier cruce. Fue campeón mundial y Huracán lo fue también por haber sido el primer club en ponerle su sello. En aquellas épocas, participar en sus equipos exigía una dosis de alta estética en su juego.

Hoy se debate entre la necesidad y la supervivencia, como desde hace décadas. Los torneos de la Liga Cordobesa de Fútbol son su contexto. Sus divisiones inferiores, de las que surgieron otros grandes jugadores, sigue siendo su tierra fértil, de la que ojalá sigan saliendo frutos para que el fútbol siga conservando su belleza.