Independiente encendió todas sus alarmas al enterarse que en el hotel céntrico de Buenos Aires en el que concentró la noche del viernes 13 de marzo, antes del triunfo ante Vélez en el inicio de la Copa Superliga, compartió estadía con un contingente de coreanos que fue deportado del país.

El grupo de asiáticos era integrado por 21 turistas provenientes de Chile. Como no respetaron la cuarentena, fueron expulsados por las autoridades nacionales, sin reportar síntomas de coronavirus. Sin embargo, al llegar la noticia a oídos del Rojo, se multiplicaron las preocupaciones.

Los jugadores se entrenan cada uno en su casa después de haber practicado juntos por última vez el pasado martes. Por lo pronto, el médico del plantel, Alberto Rovira, les indicó a todos que lo consulten por cualquier síntoma que presenten.