Transitaba el reloj por el carril de los 20 minutos del segundo tiempo. Barcelona no podía distraerse: Villarreal, que le había estado ganando durante unos minutos, lo tenía a sólo un gol en el marcador. Claro que los catalanes, como siempre, tenían a Lionel Messi. Hasta que le dieron una patada criminal que paralizó los corazones de todos.