Las medidas de protección a las personas que participan de un partido dispuestas por la Unión Europea de Fútbol tuvieron vigencia limitada, ya que con el correr de los días su cumplimiento se fue distendiendo hasta quedar prácticamente en la nada.

Es por eso que en Bélgica decidieron aplicar multas económicas y sanciones disciplinarias para quienes incumplan los protocolos diseñados para evitar contagios en un campo de juego o en los vestuarios.

La disposición establece que cualquier integrante de un equipo, sea técnico o jugador, que se abrace después de un gol recibirá un multa de 750 euros y una tarjeta amarilla.

La medida abarca también el comportamiento en el vestuario. Quien no respete el protocolo en ese recinto tendrá una pena máxima de diez mil euros para un equipo de primera división y hasta cinco mil en caso de ser de segunda categoría. 

La idea es destinar todo lo recaudado a organizaciones que sirvan de apoyo para personas que se sientan solas.