La gente le recordó aquel partido del gas pimienta del 2015 en la Bombonera con el clásico "el que no salta, abandonó", pero luego Osvaldo hizo oídos sordos cuando le preguntaron por los insultos: "Es obvio pero es lo de menos, me chupa un huevo".

Osvaldo agregó: "Lástima, unos centímetros y entraba. Jugamos contra un gran equipo, lo hicimos de la mejor manera. Me sentí bien en los pocos minutos que entré en contacto con la pelota. Soy un agradecido a la vida y al fútbol".