Se sabe que la organización de eventos deportivos ecuménicos es una de las primeras salidas marketineras por las que optó Qatar para dejar de ser un país desconocido.

Por eso, la organización del Mundial de Fútbol, que se cumplirá entre noviembre y diciembre próximo, tiene varios antecedentes.

Su breve historia independiente apenas se remonta a los albores de la década de 1970, cuando logró dejar de ser colonia británica.

Desde allí inició su proceso de reconstrucción, con su familia real a la cabeza. Pero no fue hasta llegado el cambio de siglo que decidió explorar sus suelos para empezar a comercializar sus reservas de gas y petróleo. Hoy es uno de los países con mayor ingreso per cápita del mundo.

En el lenguaje futbolero, tal vez el primer recuerdo sea el Mundial Juvenil de 1995, disputado exclusivamente en Doha.

Fue el título nacional que inició los exitosos resultados del proceso de José Pekerman en las divisiones formativas de la Selección.

El propio Sebastián Pena, zaguero en aquel torneo para menores de 20 años y hoy entrenador, llegó a decir que el lugar “era desconocido para todos”, ya que se jugó allí porque a último momento Nigeria desistió de organizarlo.

“Qué temprano nos tocó ir. De todas las construcciones que se ven hoy, no había ninguna”, dijo entrevistado por el programa Caravana Qatar, de FM 102.3.

La nación tuvo doce años para organizar el certamen deportivo más importante del mundo. Y los motivos surgen a partir de la sorprendente decisión de la FIFA, a fines de 2010, de escoger la sede.

Las sospechas de sobornos para comprar votos estuvieron a la orden del día. Posiblemente en aquel momento se haya gestado, por el destrato a un Estados Unidos que pretendía ser anfitrión, el FIFA Gate, que derivó en detenciones de dirigentes de distintos países y el fin de la gestión de Joseph Blatter.

Llamado a ser el Mundial que más posibilidades ofrecerá para ver partidos “casi en simultáneo” por las cortas distancias entre estadios, será el primero de la historia que tendrá lugar durante el verano en el Hemisferio Sur. Las altas temperaturas entre junio y julio fueron el desencadenante.

En ese sendero, se descuenta que los sistemas de calefacción dispuestos en los ocho escenarios donde rodará la pelota ofrecerá un clima único en las instalaciones y también para los futbolistas.

Como novedad, también ofrece un “estadio Lego”. Denominado así porque será desmantelado una vez concluido el torneo, el “974 Stadium” demandó esa cantidad de contenedores para su construcción. Allí, el miércoles 30 de noviembre a las 16:00, Argentina se medirá con Polonia en fase de grupos.