Alejandro Sabella y Ezequiel Lavezzi eran muy distintos. Uno era el técnico y conductor de la Selección, el otro era el alma del grupo, el dueño de las risas que cada día se veían en la concentración argentina.

Los dos convivieron durante las Eliminatorias pero, sobre todo, lo hicieron en el Mundial de Brasil. Uno chistoso y el otro serio. Uno con más años de experiencia sobre su espalda y el otro con varios años de carrera por delante.

La imagen más recordada que Pachorra y el Pocho protagonizaron fue en el medio del partido entre la Selección y Nigeria, en la fase de grupos.

El técnico, enfocado y concentrado en cada instante del partido, llamó al delantero para darle una indicación. Lavezzi, mientras lo escuchaba, le tiró un chorro del agua que estaba tomando en la cabeza.

El pequeño hecho se viralizó por las redes sociales y todos los canales de televisión de Argentina.