Talleres parece haber tomado nota de lo difícil que resultará mantener un plantel competitivo en una temporada que podría terminarse sin jugar o con un torneo en el que no habrá descensos.

Por ese motivo parece haber puesto en la vitrina a todo su plantel. Ayer informó oficialmente que Nicolás Giménez fue prestado a Baniyas de los Emiratos Árabes Unidos, en una suma que, según los trascendidos, sería de 500.000 euros por un año de contrato, y que el brasileño Guilherme Parede fue cedido a Vasco da Gama de Río de Janeiro por seis meses.

Todo esto implica no pagar sueldos y recibir algo de dinero a cambio. Además de estos casos confirmados, ya había trascendido que Tomás Pochettino tendría chances de jugar en el Real Zaragoza, que milita en la segunda división de España y que Leonardo Godoy es otro jugador que podría emigrar, además de las conocidas  promesas de venta para Guido Herrera y Nahuel Bustos.

Todo indica que  de continuar con este ritmo de cesiones, Talleres tendría desmantelado su equipo titular si es que se juega el torneo de primera división en los próximos meses. ¿El motivo? Este mes como desde abril, Talleres paga hasta 150 mil pesos a sus jugadores con contratos más importantes y sus empleados de áreas profesionales reciben el 80 por ciento de su salario. Talleres ya no recibe la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producciónm que es la ayuda del Estado Nacional para abonar los sueldos. A esto hay que agregarle que desde este mes el club no recibiría el pago de los derechos de televisación, lo que generaría un faltante de dinero que sólo podría equilibrarse con el ingreso por la venta o préstamo de sus futbolistas.