Diego Schwartzman, Federico Coria, Facundo Bagnis, Francisco Cerúndolo, Nadia Podoroska y los doblistas Horacio Zeballos y Andrés Molteni, los tenistas que representarán a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio, asumirán una misión difícil, la de mantener la vara alta que dejó el tandilense Juan Martín Del Potro, bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016.

Esa delegación, compuesta por debutantes en Juegos Olímpicos y que competirá entre el 24 de julio y el 1 de agosto, sobre superficie rápida en el Parque de Tenis de Ariake, se disgregará entre singles y dobles, con el objetivo de emular a Del Potro, quien no estará en Tokio por no haberse recuperado a tiempo de la lesión en la rodilla que le impide jugar desde hace dos años.

"Estar en los Juegos Olímpicos es cumplir otro de mis objetivos. Siento, igualmente, que necesito la experiencia y no la quiero dejar de vivir, pero soy muy competitivo y me desespera ganar. Ojalá el cuadro me permita ir de menor a mayor", subrayó el "Peque" Schwartzman, número uno del equipo argentino, en una conferencia de prensa que ofreció vía Zoom.

El "Peque", 12mo. en el ranking mundial de la ATP y campeón este año del Argentina Open, es una de las esperanzas argentinas para alcanzar una medalla, en una ilusión que cobró fuerza a partir de las bajas importantes que habrá en los Juegos, tales los casos del suizo Roger Federer, el español Rafael Nadal y el austríaco Dominic Thiem entre los hombres, o de la estadounidense Serena Williams en el cuadro femenino.

"Es otra la sensación, otra la preparación, otra la competencia. Muchas veces cuando competís para vos mismo en el circuito te puede afectar lo que se diga de afuera, pero al final te representas a vos y a quien más le duele perder es a uno mismo, pero cuando se juega para un país hay mucha más gente que está atrás y sentís que te acompaña, es más grupal, lo disfruto mucho", admitió Schwartzman, de 28 años.

Si bien el cuadro masculino tendrá nombres pesados como el serbio Novak Djokovic, ganador de los tres Grand Slam jugados en 2021 (Australia, Roland Garros y Wimbledon), y los rusos Daniil Medvedev (2) y Andrey Rublev (7), el griego Stefanos Tsitsipas (4), el alemán Alexander Zverev (5) y el italiano Matteo Berrettini (8), el "Peque" Schwartzman será uno de los ocho cabeza de serie, es decir que no competirá con los mejores hasta los cuartos de final, a un partido de la zona de las medallas.

Eso no implica que será una tarea sencilla alcanzar una medalla, ya que el certamen se jugará en superficie rápida donde el "Peque" tiene como mejores antecedentes haber llegado dos veces a los cuartos de final del US Open (en las ediciones de 2017 y 2019), pero su mejor versión aflora sobre polvo de ladrillo.

En ese contexto, es muy factible que el tenis argentino albergue sus mayores esperanzas de medalla en la competencia de dobles por la presencia del marplatense Zeballos, "top ten" y reciente finalista en Wimbledon.

"En la actualidad el dobles se emparejó mucho. No sé si hay un claro favorito o candidato a la medalla, va a ser muy equilibrado, aunque obviamente los croatas (Nikola Mektic y Mate Pavic, los campeones en Wimbledon) están con mucha confianza, pero en un Juego puede pasar cualquier cosa", señaló el marplatense de 36 años y cuarto en el ranking de duplas, en la charla virtual que mantuvo con la prensa.

"La prioridad que le pongo a estos Juegos es altísima. Los miré toda mi vida, incluso leí mucho sobre la historia. Desde chiquito que los tengo inculcados y por eso luchar por una medalla sería el logro más grande de mi carrera", añadió Zeballos, quien competirá con el porteño Andrés Molteni (60 del mundo en dobles) y también desea anotarse en el dobles mixtos con la rosarina Podoroska, algo que definirá recién en Tokio.

Zeballos y Andrés Molteni ganaron juntos el ATP de Atlanta, sobre superficie dura, en 2016, en un buen antecedente, mientras que la rosarina Podoroska fue semifinalista este año de Roland Garros, sobre polvo de ladrillo, junto a la rumana Irina Begu.

"El cemento es una superficie que me gusta, tengo un tenis para poder jugar bien en las canchas rápidas y hasta ahora mi rendimiento fue bueno. En Australia me sentí muy cómoda. Además, mejoré mucho el juego en la red y el saque, eso me dio confianza", explicó la rosarina de 24 años y 36ta. del ranking de la WTA.

Télam