La crisis económica e institucional del Barcelona continúa a un ritmo incesante. El proceso electoral en ciernes y la elección de un nuevo presidente no podrá detenerlo. Existe una coincidencia generalizada que el derrumbre comenzó en agosto del 2017 con la salida de Neymar al PSG. A pesar del ingreso de 222 millones de euros por la transacción, las finanzas del club catalán agonizan también por imperio de la pandemia del coronavirus. 

El diario digital El Confidencial realizó un trabajo de investigación exhaustivo y la conclusión no se aleja de la mirada generalizada de otros medios en Cataluña y España: el Barcelona está muy cerca de su quiebra deportiva. 

El Confidencial cita en primer término la opinión de un especialista en economía y banca de inversiones, Marc Ciria i Rog, colaborador de uno de los candidatos a presidente y ex títular de la institución, Joan Laporta. Rog asegura que el comienzo del fin fue la partida de Neymar. A partir de ese caso, para contrarrestar el efecto de su partida, el Barça se empieza a cargar de deuda a corto plazo, más una serie de renovaciones a los cracks del equipo para subirles las cláusulas y que no vuelva a pasar lo de Neymar. Esto da lugar a una masa salarial desorbitada”, detalló en el citado medio.

Tres casos ejemplifican a la perfección el cimbronazo económico que generó el adiós del brasilero: se intentó reemplazarlo con las contrataciones de Ousmane Dembélé (105 millones más 45 de variables), Philippe Coutinho (120 millones más 40 en variables) y Antoine Griezmann (120 millones su cláusula de rescisión). Futbolistas por encima del valor de mercado que, para colmo, no dieron los frutos esperados. 

Entre escándalos y contrataciones exorbitantes, el club renovó a varios de sus referentes con la intención de subirles la cláusula de rescisión y evitar otro caso Neymar. La situación de Messi fue paradigmática con un precio de 700 millones de euros como límite para su salida. 

Hoy la deuda del Barcelona supera los 1000 millones de euros y cuenta con un plantel de figuras, pero con un precio de mercado, post pandemia que se ha degradado considerablemente.