A través de una resolución de la Secretaría de Gobierno de Energía, el gobierno nacional dispuso un aumento en el precio del gas envasado, que ronda el 37 por ciento.

Así, una garrafa de diez kilos que costaba $ 216, tiene un ajuste de casi ochenta pesos: $ 295,81.

Pero la suba es porcentualmente muy superior para quienes adquieren la “garrafa social”.

En Argentina, dos millones ochocientas mil personas son parte de los subsidios del ‘Plan Hogar’, sobre un total de 3,5 millones de hogares que no cuentan con gas natural.

El subsidio que la gestión central otorga subió, a lo largo de todo 2018, solamente $ 4, y los $ 152 que entrega seguirán inalterables.

Es decir: aumenta la garrafa, pero no los montos para los beneficiarios. El ahogo, en tal sentido, continúa, y se paga alrededor de un 125% más.

A su vez, la exigencia de mayores controles a los precios de venta se multiplican, con Córdoba incluida, debido a que los precios son muy superiores.

Sólo en distribuidoras, ubicadas en lugares alejados de la urbanización, y realizando largas colas, se cumplen con los precios oficiales.

El año pasado, la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires detectara una gran cantidad de comercios y estaciones de servicio que venden el producto con un recargo del 50 por ciento al precio “oficial”.