Un extenso artículo de la organización periodística The Intercept apunta cómo Sergio Moro, actual ministro de justicia y entonces juez instructor, mantuvo conversaciones privadas con el fiscal durante la investigación que llevó a Lula a prisión, evidenciando una colaboración prohibida que durante más de dos años direccionó la investigación para evitar que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ganara la elección del año pasado.

La investigación es presentada por el prestigioso investigador norteamericano Glenn Greenwald, ganador del Premio Pulitzer, columnista del The Guardian inglés y del Washington Post reside en los Estados Unidos y en Brasil, donde vive su pareja.

La rama brasileña de la revista web The Intercept dijo haber recibido material desclasificado con escuchas que probarían el comportamiento ilegal de las autoridades judiciales en la Operación Lava Jato. Las conversaciones fueron mantenidas por el actual ministro de Justicia, Sergio Moro, que entonces era el juez instructor contra Lula, y el fiscal Deltan Dallagnol, jefe de la llamada fuerza de tareas del Ministerio Público Fiscal.

The Intercept dijo que sus textos se basan en chats privados, grabaciones de audio, videos, fotos y documentación judicial provistos por “una fuente anónima”. La organización periodística publicó tres artículos con el material en portugués y una traducción al inglés para la difusión global del escándalo que sacude a Brasil y al mundo entero: anoche los tuits sobre el caso estaban entre las primeras cuatro tendencias mundiales de Twitter.

La web decidió publicar el material porque entendió que la significación de las revelaciones “podría tener consecuencias enormes sobre los indicios y supuestas pruebas de la Operación Lava Jato”. El Lava Jato no fue solo una de las llaves de la demolición del Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma sino también el argumento para que Bolsonaro le fabricara a Moro un superministerio de Justicia con poderes de vigilancia y espionaje sin precedentes en la historia brasileña. De hecho, se aguardaba que Moro fuese propuesto por Bolsonaro como ministro del Supremo Tribunal de Justicia; a esta hora los periódicos de Brasil señalan que con este escándalo las probabilidades de que esto suceda son casi nulas.

“Los procesos judiciales viciados por el fraude en el Lava Jato deben implicar la libertad inmediata de Lula”, escribió anoche a las 21.30 Dilma Rousseff.

Dallagnol es el funcionario judicial al que Lula acusó de haber armado un Power Point sin pruebas para incriminarlo. Sobre Moro, Lula suele recordar que el juez dijo haber actuado sobre la base de su convicción íntima y no en evidencias.

Los materiales muestran que los fiscales de la fuerza de tareas hablaban abiertamente de su objetivo de frenar un triunfo del PT en las elecciones de octubre de 2018.

The Intercept aclaró que no incluyó en la difusión cuestiones de la vida privada de los protagonistas sino solo las informaciones que tuvieran relación con el interés público. También explicaron que, como es de práctica en otros países, “no requerimos el comentario de las altas autoridades mencionadas antes de publicar porque no quisimos advertirles por anticipado sobre nuestra tarea y porque los documentos hablan por sí mismos”. Sin embargo, la web difundió que en la noche de ayer una comunicación pública de la fuerza de tareas no desmintió el contenido. Solo dijo que había actuado con respeto de la legalidad.

En los diálogos entre los fiscales queda en evidencia, según The Intercept, que “los procuradores no son actores apartidarios y apolíticos sino que más bien parecen motivados por convicciones ideológicas y originados en el deseo de que el PT no vuelva al poder”.