De dónde y cómo surgen las ideas para hacer un disco. En principio, para concretar un cruce. Luego, para hacer una gira. Por ahí, esas dos primeras ocurrencias pueden ser una buena historia y quedar ahí. Pienso en cómo fue que hicieron una gira juntos Paul Simon y Bob Dylan. O cómo fue que alguien pensó en sugerir el armado del supergrupo Travelling Wilburys. Esas dos realizaciones se hicieron a partir de la amistad y la empatía de los protagonistas, claro. Pero cómo fue que alguien vio un buen negocio a partir de eso.

Fue Fernando Trueba, el director de cine español, quien tuvo la idea de encontrar un cantaor flamenco que se le animaba a todo, Diego El Cigala, con un pianista cubano supremo, Bebo Valdés, que estaba poco menos que olvidado tocando en un pianobar de un hotel en Suecia. Así nació Lágrimas negras que fue un éxito como disco y luego como impulsor de mil y una giras por todo el mundo. Ok, Trueba la vio.

¿Y el encuentro de Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía, cómo fue? No hay registros públicos. Se supone que todo nació de una admiración mutua entre ellos, tres guitarristas de distinto origen y con distintos estilos.

Por un lado estaba Al Di Meola, estadounidense, que registró un buen paso por Return to Forever, el supergrupo de jazz rock de Chick Corea, y que luego se enamoraría de las músicas de países no centrales (por ejemplo, sería un devoto ejecutante de la obra de Astor Piazzolla)

Por el otro, estaba John Mc Laughlin, inglés, primera figura de trabajos de Miles Davis y luego  conductor de su grupo Mahavishnu, guiado por su religión hinduista y caminante de los intrincados y hermosos terrenos del rock eléctrico y el jazz de vanguardia.

Y finalmente Francisco Sánchez Gómez, Paco por Francisco, el hijo de Lucía: de ahí, Paco de Lucía. Español, superestrella del flamenco, inspirador de las nuevas generaciones; para el Primer Mundo, un gran músico de jazz.

Y entonces, bingo.

Los tres, Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía, juntos y con guitarras electro-acústicas. O sea, españolas enchufadas por línea.

Sencillito, barato. Gran idea.

Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía, qué trío

El asunto es que también hicieron un disco. 

Y la gira y el disco fueron super éxitos.

El disco se llamó Friday Night in San Francisco, o sea Viernes de noche en San Francisco. Clarísimo.

Es una gloria.

Lo siguiente es un momento de la obra, rescatado de una digitalización directa de un vinilo original. 

Corresponde aclararlo: en este tramo del concierto, que justamente abria el disco, se escuchan dos guitarras, la de Al Di Meola y la de Paco de Lucía.

No está John Mc Laughlin aún.

Sigue ahora otro momento del disco en vivo, con dos guitarras también, la de Paco de Lucía y la de John McLaughlin, para un tema del brasileño Egberto Gismonti, otro admirado -y con razón- en el Primer Mundo.

Como el mercado es insaciable, el trío hizo después más trabajos.

Pero ya no tuvo el impacto de la sorpresa inicial.