Fui uno de los primeros en enterarme. Como todo lo relacionado con este formidable encuentro, fue por casualidad.

A Roberto Menéndez, el promotor del show que João Gilberto había ofrecido en Buenos Aires en octubre del 97, también conductor de la sala de música Oliverio Allways, lo conocía bastante y quizá un poco más que eso: tenía una cierta confianza. Por eso fue que me empezó a contar del asunto.

-Negro, resulta que le propuse a João que hagamos de nuevo lo del anteaño pasado, viste que fue rebien. Pero no quiere… No le gusta actuar.

-Sí, sí, sé que es así.

Su primera llamada se completó con otra, unos días después.

-¡A que no sabés! Resulta que el señor, que me había dicho que le diera un tiempito para contestar a mi oferta, me dijo anoche que vendría de nuevo, porque un amigo suyo a quien llamó para que lo acompañara, le había dicho que le gustaría venir.

-Ah, mirá. Qué bien.

-¿Sabés a quién llamó? ¡A Caetano Veloso!

-No te puedo creer.

-Te juro. Caetaninho, le dice.

-Uy. Increíble.

Y se produjo el encuentro nomás. Lo que no podría haber pagado todo el dinero del mundo, lo consiguió el alma de esos dos músicos increíbles que habrán soñado con tocar juntos alguna vez.

Alguna vez se habían encontrado en un set de televisión, y luego en un estudio de grabación, pero en un escenario, delante del público, nunca.

João Gilberto, Caetano Veloso y Gal Costa en los años 70. Foto: redes
Portada del disco de 1981 que João Gilberto compartió con María Bethania, Caetano Veloso y Gilberto Gil. Foto: redes

Fueron tres funciones en el teatro Gran Rex para diez mil personas en total.

El diario O Globo, que era tan importante en su país, Brasil, como Clarín acá, dijo que el encuentro de Joao y Caetano Veloso fue, sencillamente, “histórico”.

“Buenos Aires se convirtió en la capital de la música popular brasileña”, señaló periódico en su nota.

-Qué afortunados son ustedes los argentinos, me dijo a la salida de la sala, después del concierto del domingo, un brasileño que había estado dos filas más adelante que yo.

Y sí, afortunados. Acá pudimos disfrutar de ese show que nunca más se repitió en ningún otro lugar del mundo por más que hubo ofertas económicas muy importantes de parte de productores con buen gusto.

João Gilberto. Foto: redes

Vi dos de los tres shows. El debut, un viernes, y el tercero, que fue un domingo antes de que cayera la noche.

En uno de ellos me crucé con Menéndez y, orgulloso por lo que había hecho posible, en rigor aprovechando muy bien la casualidad, me dijo que todo se había grabado… porque le había dado los derechos de televisación a un medio de cable cultural, el Canal (á).

Así que quedó un registro.

Caetano Veloso & João Gilberto - Besame mucho