Luis Alberto Spinetta en la intimidad
En los días finales de 1988, había publicado su álbum “Téster de violencia”. Y en el marco de la ronda de promoción del disco, fui invitado a hacer una entrevista con él para que sea publicada en la revista El Periodista. Pero el encuentro, realizado en la cocina de su casa, se convirtió en una charla ciertamente informal. Aquí está.
------------------ publicidad ------------------
La leyenda dice que Luis Alberto Spinetta, músico genial y enorme poeta, era un tipo ciertamente sencillo. Es verdad.
Yo tuve la fortuna de compartir muchos momentos de conversaciones con él alrededor de un mate en los meses finales de 1985, cuando estaba grabando Privé.
Eso se continuó en el 86 cuando hizo Lalalá con Fito Páez.
Por eso ya contado, es que cuando llegó el momento de hablar de Téster de violencia, en el final de 1988, no me resultó difícil tener una charla directa con él. Aunque en verdad, Luis era franco y directo con todos los periodistas que lo enfrentaban con conocimientos y sinceridad.
En ese tiempo, yo escribía en la revista El Periodista que sacaba a la calle La Urraca, la editorial de Humor, adonde también publicaba notas de música popular. Y fue para ese medio que convinimos la nota.
Una mañana, en el programa Disco Pi presenté la grabación original de ese encuentro, tal como quedó registrada en un cassette.
Es ésta:
En la conversación surgen algunas cuestiones que hoy parecen bombazos periodísticos. Y lo son.
Por ejemplo, cuenta que por entonces con Fito Páez se planteaban hacer un segundo Lalalá, que se iba a llamar Anima bendita, y que incluso habían hablado de poner a esas canciones, letras de enfermos mentales internados en el Hospital Borda.
Esa cuestión ocupa toda la primera parte del encuentro.
Luego de hablar largamento de Fito, Luis hace un interesantísimo recorrido por distintos momentos de su obra y luego de prepararles el desayuno a sus hijos, termina hablando de política.
Una joya, creo.