Si el país lo llama, Litto Nebbia está
Hace muchos años, seguramente más de 30, el músico rosarino le confió al autor de estas líneas la letra de una canción suya que tiene resonancias hoy. Esta es una excusa para resaltar la estatura de este músico que a fines de los 60 inició la historia del rock argentino
Decía la letra en un manuscrito que obviamente guardé como un tesoro: Yo igual voy a seguir, atento voy estar porque quiero escuchar el grito. Si el país me llama, yo voy.
Y concluía, firme: Si el país te llama, cómo no vas a ir.
A principios de los años 80, Litto Nebbia seguía exiliado en México. Allí había salvado su vida durante la terrible noche de la dictadura y faltaba poco para que pudiera volver a su país. Pero como ya estaba desplomándose la dictadura, de tanto en tanto venía. En uno de esos primeros viajes lo conocí. Me regaló su disco Creer, publicado en México, donde estaba la versión original de Sólo se trata de vivir. Formidable.
Cada vez que venía, nos veíamos.
Años después, cuando escribía en Humor y él, ya retornado desde el regreso de la Democracia, había vuelto a ser una estrella indiscutida -debe haber sido a fines de los 80-, le comenté que tenía la idea de impulsar una radio que pasara rock local y folklore argentino, zambas y tangos, toda cantada en español, y le encantó la idea.
Ahí fue cuando me dio la letra de Si el país me llama.
Ahora, que ya está terminando la presidencia de su fan Alberto Fernández, y que este tano tan talentoso como calentón, ha demostrado que es mucho mejor estar al servicio de una idea que aprovechar un viento a favor, algo que es tan común hoy, y que más de uno en su lugar habría hecho, estas líneas tienen un valor notable.
Dice Litto en la canción que con este manuscrito toma la luz: Siempre oigo repetir: tenemos que salir, no importa la manera. Qué triste es caminar para un mismo lugar, y hay gente que se cruza. Yo igual voy a seguir, atento voy a estar porque quiero escuchar el grito. Si el país me llama, yo voy.
Se puede decir que hace ya mucho que no aparececon una canción enorme. Sí.
También que es demasiado compulsivo para mostrar públicamente todo lo que tiene ganas de hacer, y que tantos discos suyos saturaron cualquier entusiasmo. Sí.
Pero nadie podrá decir que siempre está.
Que estuvo en aquel primer momento, y que supo jugarse por otras líneas estilísticas no seguras cuando tenía todo a mano para hacer la más fácil.
Por eso y por esto, ya tiene un monumento ganado.