Era el comienzo de los años 90. Tiempo de durísima hiperinflación. Víctor todavía vivía en una casa de la cortada Anasagasti, a una cuadra de Santa Fe, a la altura del Alto Palermo. Allí donde fui muchas veces.

Almorzamos algo al paso: empanadas y una cerveza.

Y luego, ya instalados en el sillón principal del living, donde lucía, central, un aparador vidriado con esculturas indígenas, le conté que en la puerta de su casa alguien había dejado un graffitti insultándolo. Decía: Víctor caretón, viva Zappa.

Él, recuerdo, hizo un gesto de qué se va a hacer, sonrió y dijo:

-El que escribió eso tiene una gran confusión, no sabe que a mí me duelen las mismas cosas que a Frank Zappa. No sabe que Zappa es un tipo que, como yo, vive insultando a los medios comerciales… Pero hay una gran confusión. Por eso me pregunto si algunos no tienen el coco totalmente destruido, porque piensan que lo marginal es el posmodernismo y que yo soy un tipo que anda por este país como en una canoa. Ando en canoa, sí, pero a la canoa me la llenaron de agujeros…”

Ya a esa altura, la charla había dejado la liviandad de otras veces, en los cuales podíamos hablar de fútbol o de cosas menores.

Siempre respeté mucho a Víctor Heredia y siento que ha sido y es recíproco. También lo admiro.

Mercedes Sosa, lo sé, lo quería mucho como a un hijo y lo había elegido como uno de sus autores de cabecera.

Aquella tarde, menos mal que tengo el apunte, me habló también de muchas otras.

Víctor Heredia en los 80 y en los 70. Fotos: Redes
Víctor Heredia en los 80 y en los 70. Fotos: Redes

En un momento, ya en la cocina, mientras se calentaba el agua para un mate que pedí, me habló de sus gustos musicales. 

Arrancó por el principios de los 80, con Baglietto “y sobre todo con autores como Abonizio, Fandermole y Fito (Páez), que presentaron letras con una profundidad que el rock hasta ese momento no había tenido”, y se llenó la boca elogiando a “unos genios que da placer escuchar”, como Charly García y Luis Alberto Spinetta. 

“A veces hablo por teléfono con Luis Alberto y nos reímos, porque le digo que es extraño que uno esté en una punta y admira tanto lo que hace el otro en la punta opuesta. Y Luis me dijo el otro día: No sé si somos tan distintos… Porque realmente está proponiendo algo que yo alguna vez propuse desde la renovación del folklore, incluso al costo de quedarme prácticamente solo”.

Ahí -y hace mucho tiempo, claro- me quedó muy claro que Heredia sabe que, para los folkloristas es demasiado rockero, y que para los rockeros, es muy folklórico.

 “Lamentablemente estoy en el medio. En el medio de todo. Hay canciones mías como Amanecer frente a tu casa o La muerte no es morir que tienen una vertiente porteña muy grande. No sé si aliarlas directamente con el tango, pero sí con una postura frente a la ciudad, mencionando tácitamente a lo tanguero. Y está también lo folklórico, eso que empecé a los 16 o 17 años como un aprendizaje, acercándome al Movimiento del Nuevo Cancionero, aquello que ocurría con Tejada Gómez y Lima Quintana mientras César Isella se iba de Los Fronterizos. Al final, me quedé en el medio y me transformé en una especie de cantautor solitario con una enorme cantidad de problemas para insertar lo que hacía, en las dos grandes vertientes con las que tenía relación. Me costaba entrar en los festivales folklóricos de verano por querer presentarme con un grupo de estética rockera, y por otro lado, como no hacía un rock neto, presentarme en la Cueva de Pueyrredón era ridículo. Así que mi música no tuvo lugar en ningún lado hasta que se descubrió que yo era eso, que no podía hacer otra cosa”.

Un rato más tarde, Heredia deslizó críticas que hacia el rock.

 “Primero digo que rescato cosas personalísimas que hicieron una verdadera propuesta nacional con lo que había a mano. Yo escucho Kamikaze de Luis (Spinetta) y es alucinante, y me acuerdo de Seru Giran. 

Pero también veo que no puede ser que hoy Charly esté solo haciendo una propuesta siempre buena, siempre para adelante, mientras que atrás no aparecen los chicos de las nuevas generaciones con cosas más o menos coherentes con los tiempos que corren. Sí, están Fito Páez, también los Redonditos, que tienen una propuesta no comercial que me parece brillante desde todo punto de vista, y (Rubén) Goldín, y Lito Vitale… pero después hay un enorme caudal de grupos cuyos nombres ni recuerdo que tienen una postura imitativa hasta para pararse en el escenario. Uno se da cuenta de alguien quiere ser lo que no es.

Le gustaba hablar del rock con un interlocutor que lo entendía y lo escuchaba. 

“Hubo enormes fallas idiomáticas, también propuestas infantiles desde las letras y las músicas, con una tendencia mayor a parecerse hacia afuera que ser lo que uno es hacia adentro. Entonces no hay mucho para rescatar. 

Y lamentablemente los medios de comunicación le hicieron la vida imposible a los nuevos rescatables, los Abonizio, los Fandermole, los Goldín. Las radios se dedicaron a pasar basura, música disco, martillitos y máquinas, puras baterías electrónicas. 

Y esas baterías, ojo, bienvenidas sean cuando están bien utilizadas. Vos escuchás algunas baterías electrónicas en el album So de Peter Gabriel y ves que es una obra de arte, pero después ponés otros disco y te das cuenta que con esas máquinas también se pueden hacer cosas espantosas y hasta dolorosas”.

En un momento, por capricho, tal vez, le pedí que elija cinco nombres del folklore. 

“Digo Atahualpa (Yupanqui), primero sin dudas, Mercedes (Sosa), el dúo Salteño, Jorge Fandarmole y Los Carabajal”. 

Después pasa, por gusto suyo, pasó al rock. 

“Digo (Luis Alberto) Spinetta, Charly (García), Almendra, Seru Giran y Rubén Goldín. Ah,y como propuesta musical de los últimos años, Lito Vitale”.

Cerca del final de la charla, me dijo que le hubiera gustado escribir Inconciente colectivo de Charly García –“una de las canciones más hermosas de los últimos tiempos y la única de otro autor que canto”-, Yo vengo a ofrecer mi corazón de Fito Páez, y La colina de la vida de León Gieco. “Son canciones que envidio”, dice. “Son verdaderas, hay otras que uno inventa con oficio, aunque yo no podría inventar otra Todavía cantamos, tendría que pasar otra vez todo aquello y claro, no quiero”.

VICTOR HEREDIA - SOBREVIVIENDO
Victor Heredia Informe de la situación
Trueno, Victor Heredia - TIERRA ZANTA (Video Oficial)