La situación cambió drásticamente a partir del 10 de diciembre, con la asunción de una nueva gestión de Gobierno. La cuestión vale también para el precio de los combustibles.

Agilizados en los dos últimos períodos, después de que la gestión de Mauricio Macri liberara el precio de los combustibles a fines de 2017, los incrementos de naftas y gasoil alcanzaron el 400% en los últimos cuatro años.

No fue casual, mirando la situación, que sólo entre el 1 de noviembre y el primer día de diciembre, hayan subido un 18 por ciento.

Pero la cuestión se detuvo, y con el incremento en las retenciones decretado, parte de la presión sobre los costos del combustible se detuvo.

Los derechos de exportación que se abonan por el petróleo son mayores ahora, ya que del 6,7% anterior pasaron al 12%. La cuestión apunta a la exportación del crudo, rubro en el que las empresas que reclamaban paridad hoy ven modificada la ecuación.

La demanda por el retraso del precio, en el valor interno, ya no puede ser tal. Porque la mentada “paridad de exportación” que las refinadoras utilizan como referencia para establecer precios por litro, al descontar impuestos y logística al precio internacional del Brent.

En cualquier caso, en el sector Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), propietaria del 60% del mercado, es la que marca tendencia. Y no hubo anticipos en tal sentido.