El economista y docente de la UNC Alfredo Blanco reflexionó sobre la delicada situación económica de Argentina que ingresó a la pandemia con una fragilidad y un comportamiento macroeconómico errático. En diálogo con el programa La Perra Vida por Radio Universidad, el catedrático manifestó “no tener la sensación de estar mejorado el rumbo del país que parece que hay un plan para llegar a las próximas elecciones con la economía, en palabras de Guzmán, un poco más tranquila, pisando algunos precios y atrasando el tipo de cambio”.

Alfredo Blanco: "El gobierno no tiene un plan claro para estabilizar la economía"

Si bien resaltó sentir respeto y seriedad por el ministro de Economía, consideró que las “proyecciones económicas siempre son opinables y al parecer no hay viento para una nave que no conoce el puerto de destino de la economía”. Al ser consultado sobre la encuesta anual que realiza el Banco Central, a través del Instituto de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) expresó que “el presupuesto que elevó el Ejecutivo del 29% de inflación es sólo una expresión de deseo. No se cumplirá por éste año, menos con una inflación ya del 4% en marzo. Al mismo tiempo consideró que Argentina “tiene una actividad fiscal complicada y una tasa de inflación alta aunque las condiciones internacionales sean favorables y tal vez es de esperar una mejora en el segundo trimestre con la liquidación de divisas.

Además, resaltó que hoy el paradigma que prima en el mundo es variabl: “Hay más de una vertiente. Los Estados liberales sin regulación tuvieron su crisis en el 2008 y 2009 y en actualidad la pandemia replanteó la intervención. Los gobiernos no vacilaron en volcarse hacia los sectores vulnerables y a otros sectores pedir que disminuyan su actividad económica por prevención sanitaria.

En referencia a su último libro, destacó que la economía es como un viaje a lo largo del tiempo y el espacio. Sirve para sacar reflexiones interesantes, una disciplina aún joven comparada con otros campos del saber, pero que hunde sus raíces en el pensamiento de la filosofía, la ética y la política del más remoto pasado de la civilización. Además, Blanco manifestó que “se debería diferenciar la construcción de la economía como disciplina de la aplicación de la política económica. Y otra de las razones importantes que aprendió estudiando la historia es que los dogmatismos nunca son buenos”.

Finalmente, en su trabajo surgió la necesidad de incluir algunas consideraciones sobre las mujeres en la economía, no solamente por las discriminación que aún hoy sufren en el mundo del trabajo sino también para destacar sus aportes teóricos muchas veces subestimados por el relato académico.

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