Cuando el gobierno nacional lanzó, a pocos días de asumir su gestión, el “Plan estratégico automotor con acuerdo social y productivo”, que apunta al año 2030, conocía que el contexto de la industria automotriz local era de una situación crítica.

Así quedó demostrado en el informe anual presentado por la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara). El 2019 fue el peor año desde 2003, cuando estaban aún latentes los resabios de la crisis del gobierno de Fernando De la Rúa.

La caída es marcada desde 2014, pero ni la producción local ni los vehículos importados lograron disimular la crisis que provocó la recesión a nivel nacional. Tampoco la línea de créditos vigente logró brindar una colaboración al sector.

Los números son tajantes: la producción de 0 kilómetros retrocedió un 32,5% el año pasado, en comparación con un pálido 2018. La merma de las exportaciones estuvo en el orden del 17 por ciento.

Las ventas de origen local tuvieron un rojo marcado, cerrando en 103.282 autos. Se trata del menor registro desde el año 2003, nada menos. Fueron 45.000 menos que en el período anterior, contabilizando una caída de casi el 48 por ciento.

Tampoco la comercialización de vehículos importados trajo buenas noticias, ya que los 269.192 nuevos totalizaron la peor merma en 16 años.

El dato final es un contraste relevante, ya que contra los 466 mil producidos el año pasado, el cierre de 2019 fue con menos de 315.000.