El déficit fiscal del último año de gestión de Mauricio Macri finalizó en $845.990 millones, equivalente al 3,9% del PBI, a pesar de la mayor recaudación por el aumento de las retenciones y el ajuste sobre el gasto público.

Según datos del informe de Ejecución Presupuestaria publicado ayer por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que advierte que el año pasado terminó con un superávit primario de $75.491 millones o 0,3% del PBI, lo que implicó una mejora de 2,2 puntos porcentuales en relación al 2018.

Mientras los ingresos subieron 2,1% en términos reales, los gastos disminuyeron un 6,4% interanual al descontar la inflación. Sin embargo, esta mejora no alcanzó para marcar un cambio sustancial en el déficit total, ya que los intereses se incrementaron 10,7%, al totalizar $921.480 millones.

De esta manera, el resultado financiero arrojó un rojo de 3,9% del PBI, 1,7 puntos por debajo del año pasado, pero aún elevado a pesar de los esfuerzos de la administración anterior por alcanzar un presupuesto equilibrado, que se vieron impedidos por la carga de los intereses de la deuda en dólares contraída por la gestión de Cambiemos.

"En el aumento de los ingresos tributarios resultó decisiva la evolución de los Derechos de Exportación, que tuvieron un salto real de 164,4% año contra año como consecuencia del incremento de alícuotas, la devaluación del tipo de cambio y las mayores cantidades exportadas del complejo sojero", evaluó la OPC.