Este lunes, el índice de piesgo país, elaborado por JP Morgan, subió un 2,4 por ciento y se colocó en 1.009 puntos, cerca del cierre de inscripciones de las alianzas electorales, previsto para el 12 de junio. Mientras tanto, la tasa de Leliq bajó cuatro puntos básicos y el dólar se mantiene estable.

Los motivos de este incremento son internacionales y locales. En el caso interno, el cierre de alianzas electorales reduce las expectativas de mejora, y la incertidumbre ante la crisis económica y la falta de señales de reactivación abonan la duda, según operadores financieros.

Además, aún no está claro si Argentina podrá hacer frente a las deudas contraídas en los próximos años, independientemente de quién sea elegido como presidente en las elecciones.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo este lunes al periódico financiero cronista.com que el país "no tiene que reestructurar su deuda, es perfectamente solvente" y que "al margen de los spreads que estamos pagando este año que en buena medida se vinculan al riesgo político, tiene un castigo en el rendimiento de su deuda porque entró en default muchísimas veces”, opinó.

De acuerdo a Dujovne, “la sociedad argentina mostró una intolerancia respecto de los contratos y pago de deudas mayor que en otras sociedades. Entonces, desde el punto de visto fáctico, la Argentina tiene una deuda con el sector privado que, mirada como la reportamos nosotros, con el tipo de cambio del último día, era 50% del PBI; con el del promedio del año pasado, era inferior al 40%”.

Luego de estas declaraciones, el riesgo país subió 24 unidades y se ubicó en 1.009 puntos, cercano a los 1.012 a los que escaló el 25 de abril.

En cuanto al contexto internacional, la guerra comercial entre Estados Unidos y China hacen que los inversores sean cautelosos por la marcada baja de las tasas de interés y el crecimiento de las tensiones entre el país administrado por Donald Trump y sus socios comerciales.

Este lunes, su secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que su país perdió la esperanza de que avanzaran los derechos humanos en el gigante asiático, un día antes de que se cumplan 30 años de la masacre de Tiananmen, e instó a liberar a los presos políticos. Esto se interpretó como un mensaje político en medio de la mutua imposición de aranceles en el comercio bilateral y las acusaciones de robo de tecnología de Trump contra China.