No se trata de apuntar contra personas "anti-vacunas", sino un proceso de argumentación de los favorables resultados de la inoculación contra el coronavirus, y alguna consecuencia que podría conllevarle a quien teniendo las posibilidades, elija no llevar adelante la inmunización.

Hacia ese camino va la resolución conjunta 04/2021, que lleva las firmas de los ministros de Salud y Trabajo, Carla Vizzotti y Claudio Moroni, respectivamente.

La normativa autoriza, en líneas generales a los empleadores a convocar a realizar tareas presenciales a sus trabajadores que al menos quince días antes, hayan recibido la primera dosis.

Y el texto apunta que quienes “tengan la posibilidad de acceder a la vacunación y opten por no vacunarse, deberán actuar de buena fe". Se agrega que tendrán que "llevar a cabo todo lo que esté a su alcance para paliar los perjuicios que su decisión pudiera originar a los empleadores”.

Entre los argumentos para tomar tal decisión, las autoridades consideraron que "es necesario implementar estrategias que permitan recuperar la capacidad” productiva.