La empresa láctea santafesina Verónica, le había solicitado al Ministerio de Trabajo provincial la apertura de un procedimiento preventivo de crisis, sin embargo no se llegó a un acuerdo con la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea Argentina (Atilra).

Desde el gremio, el secretario general había manifestado: “Este no es un problema de una crisis devenida por factores externos. Acá hay un problema de gestión. Sabemos el momento que estamos viviendo. Queremos que nadie pierda su fuente laboral por inconductas de los responsables de manejar la empresa”.

La empresa estaría analizando un plan de ajuste orientado a achicar la plantilla laboral de su planta de Suardi que elabora de leche en polvo y que funciona cada 15 días.

Los 600 empleados de las tres plantas -Suardi, Classon y Lehmann- cobran su sueldo en cuotas desde hace varios meses.

La empresa, según registros oficiales, no está concretando el pago de las contribuciones patronales y aportes a la seguridad social de sus empleados desde, por lo menos, febrero del año pasado. Al mismo tiempo, a la fecha, según datos del Banco Central, posee una deuda bancaria con entidades locales de poco más de $1.110 millones.

Desde 2015 esta industria láctea comenzó con irregularidades económicas, derivadas de inversiones en secadoras de leche y envasadoras que no tuvieron el repago que se esperaba y sumado a eso las condiciones climáticas sucesivas hicieron que junto a la falta de buenos precios para los productos, en el mercado interno y la exportación, hoy se llegue a una ecuación negativa.

Fundada en 1923, la empresa cuenta con una capacidad de procesamiento de 150 millones de litros de leche al año y produce leches larga vida, chocolatadas, dulce de leche, manteca, crema de leche, hasta quesos untables y duros.