Hubo un acuerdo, y las esperanzas a futuro. Pero en términos concretos, la firma General Motors detiene toda su producción durante el mes de febrero, y sus 1.400 empleados quedarán suspendidos. Repite así un esquema implementado a partir de agosto de 2019.

Tanto la firma como el SMATA local aducen que el incremento en el costo de los vehículos que se producen, en un contexto marcadamente recesivo, es el principal motivo.

Los trabajadores cobrarán el 70% de sus salarios, y el mes próximo se prevén reuniones para planificar cómo continuar.

Desde el gremio hay optimismo por dos vehículos que se van a construir en la planta durante este año, y que el período de parate, además de evitar despidos, le posibilitará a la empresa adecuar las nuevas líneas de producción.