El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó este martes que “eran esperables” las expresiones de rechazo de grupos de acreedores a la oferta argentina de renegociación de la deuda.

El titular del Palacio de Hacienda, en diálogo con radio El Destape, enmarcó esa posición dentro de “un proceso en el cual la otra parte busca presionar para que la Argentina ofrezca más, pero ofrecer más no se puede porque no es sostenible y eso es algo que no vamos a hacer”.

Guzmán reiteró que la Argentina “ya está en una situación de virtual default” y sostuvo que “buscamos tener un programa nuevo con el FMI que implique no tener que pagarle nada de capital en los próximos tres años” y aún más allá de 2023.

El ministro explicó que “se analizó cuánta deuda se puede pagar, qué es sostenible, cuál es el sendero fiscal y comercial que el país puede sostener”, en forma previa al impacto del coronavirus “y ahora se nos presenta esta situación, que tiene efectos muy negativos sobre toda la economía mundial y la Argentina”.

“Hay baja precisión sobre hacia dónde va el mundo; nosotros revisamos y ajustamos las mediciones hacia abajo, pero antes del coronavirus ya estimábamos que no se podía pagar nada en los próximos años, por eso la oferta que realizamos incluyó un período de gracia de tres años”, dijo Guzmán.

Definió al respecto que “si (antes) no se podía pagar nada, con el coronavirus, menos aún, pero menos que nada también es nada”.

“Apostamos a que en algún momento se resuelve esto en el mundo y se puede pagar, pero esto tiene que estar alineado con la idea de que la economía argentina se ponga de pie, se recupere y esa recuperación no se vea ahogada por los pagos de deuda”, advirtió el titular del Palacio de Hacienda.

Guzmán consideró que “tampoco se pueden pagar los montos que la Argentina enfrenta con el FMI, ya que no hay capacidad de pago ni acceso a los mercados”.

“La premisa del acuerdo del gobierno anterior era que la entrada en escena del Fondo Monetario iba a generar un shock de confianza, los acreedores iban a ver que había más plata, más dólares en la economía argentina y eso los iba a hacer creer más en el país”, recordó.

Pero eso, concluyó Guzmán, “en 2018, en medio de una corrida cambiaria, de un cambio notable en las expectativas del mercado sobre la falta de virtudes del modelo que imperaba, no ocurrió, por el contrario, generó más desconfianza: la conclusión fue que las cosas estaban realmente muy mal y todo empeoró”.