El ministro de Economía, Martín Guzmán, reiteró hoy que el Gobierno no convalidará una devaluación del peso contra el dólar que esté por encima del avance de la inflación.

"No va a haber devaluación. Vamos a continuar con el ritmo de depreciación del peso contra el dólar que venimos manteniendo, yendo de la mano con la inflación. En un proceso en el cual se busca de forma persistente y gradual ir reduciendo la inflación, a la velocidad que se puede", dijo en diálogo con Radio con Vos.

El funcionario admitió que la brecha cambiaria entre la cotización oficial y el resto de los tipos de cambio paralelos es muy elevada, pero consideró que se da una circunstancia en la cual hay superávit comercial, no hay pagos de deuda externa, y hay 41.000 millones de dólares de reservas y controles de capitales".

En ese sentido, Guzmán consideró que se está generando la brecha es una expectativa de devaluación que no condice con lo que enfrentamos en el frente externo y que nos permite continuar con la política de cambio oficial para que vaya de la mano de los precios.

El ministro dijo que el mercado como el de contado con liquidación es "muy chico", dado que opera unos 30 millones de dólares por día, y señaló que esto "no tiene impacto directo en la macroeconomía" pero provoca "preocupación porque genera una brecha muy grande que alimenta expectativas que generan ansiedad".

Al ser consultado sobre si esto impacta en los precios o en el abastecimiento de productos, el ministro dijo que "por supuesto que las expectativas de devaluación indirectamente afectan a la economía, por lo que la brecha preocupa".

"Por eso, apuntamos primero a estabilizar la brecha y luego a ir reduciéndola. Pero en un contexto de expectativas desancladas, estabilizar no es algo que se pueda lograr de un día para el otro y se acabó. Pero en los últimos diez meses, la inflación no se ha movido con el contado con liquidación ni con el blue, sino con el tipo de cambio oficial", dijo.

"Vamos a estar absolutamente firmes en lo que venimos haciendo", afirmó, y pidió "que lo financiero no contagie a lo real".