La tasa de desocupación subió hasta el 13,1% al término del segundo trimestre del año, con un incremento de 2,5 puntos porcentuales respecto al 10,6% de igual período de 2019, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Esta cifra, que afecta a 2,3 millones de argentinos de zonas urbanas y rurales, es la más lata desde el 2004, cuando todavía la economía estaba recuperándose del golpe sufrido durante la crisis de 2001-2002.

La tasa de empleo sufrió una caída extraordinaria de 9,2 puntos y fue de 33,4%, la más baja desde mayo del 2002.

Desde el Indec afirmaron: "En el segundo trimestre de 2020, la tasa de actividad se ubicó en 38,4%, la tasa de empleo en 33,4% y la tasa de desocupación en 13,1%. Estos resultados reejan en gran medida el impacto que tuvo sobre la dinámica del mercado laboral la pandemia por la COVID-19 y las restricciones en determinadas actividades y a la circulación dispuestas por el decreto nº 297/2020, que estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO)".

Claro está que el contexto para el desarrollo, la producción y el empleo no es el óptimo. Desde hace seis meses la pandemia del coronavirus ha afectado a distintos sectores sociales y económicos del país. 

Así, el principal impacto de la emergencia sanitaria en el mercado laboral se verificó en la dinámica de la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total. El segundo trimestre mostró una caída de 8,8 puntos porcentuales frente al período enero-marzo (había sido de 42,2%) y de 9,2 puntos respecto del mismo trimestre de 2019 (42,6%), impulsada por la menor proporción de personas que pudo trabajar.

Por otra parte, desde INDEC informaron que la tasas de desocupación demandante se ubicó en el 5% en el segundo trimestre de este año contra el 9,2.% de igual período anterior, y la desocupación no demandante subió hasta el 4,6% contra el 3,9% del lapso previo.

Tanto el nivel de oferta laboral, personas que buscan trabajo, como de ocupados, cayó al menor nivel en 15 años, pese a que la población se expandió en más de 7 millones de personas.

Al analizar la composición interna de la tasa de empleo por sexo y edad, se observa que las mujeres de 30 a 64 años son las que más caen en su contribución (pasan de aportar 14,1 p.p. a 11,5 p.p. de la tasa). Si se observa la relación de parentesco, quienes más caen en su aporte a la composición de la tasa son los jefes de hogar (-3,6 p.p.). Con relación a la categoría ocupacional, son los asalariados quienes más reducen su aporte a la tasa de empleo: pasan de representar 31,6 puntos de la tasa a hacerlo en 25,7 puntos. Entre ellos, los asalariados sin descuento jubilatorio reducen su contribución a la tasa de empleo en 4,8 p.p.