Las expectativas de apertura de fuentes de trabajo e la ciudad de San Francisco a partir de la radicación de la firma Lear crecieron geométricamente, pero ahora se diluyen en la medida que que aparecieron problemas en la empresa Fiat.

Eso ha generado una alta preocupación en sectores gremiales.

Se proyectaba que Lear sumaría a 700 empleados, en menos de dos años, pero la autopartista incorporó a 380 trabajadores y no asignaría nuevos puestos en el futuro.

La complicada situación de la industria automotriz ha tenido un efecto singular.

Desde el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) y de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba trazaron un duro panorama para el futuro inmediato del sector en caso de persistir las actuales condiciones macroeconómicas.

"La crisis no solo pasa por Lear. Fiat deja de hacer cajas; Volkswagen suspende al personal que hace cajas de cambio; Renault postergó la fabricación de dos camionetas y redujo al mínimo el volumen de producción actual. No está trabajando nadie, a este ritmo en pocos meses no queda en pie la industria automotriz en el país", resumió José Campellone, secreatrio del Interior de Smata.

En 2018 hubo una baja producción y este año sigue reducida porque no hay dinero en el mercado.

Lear retomó suspensiones de personal afectando entre 80 y 90 empleados, y las reducciones de la jornada laboral fueron desde las 48 y 72 horas. Actualmente, la producción es normal y no se trabaja los días sábados.

El efecto multiplicador de la falta de producción en las grandes empresas automotrices tiene un impacto directo en el sector autopartista y, particularmente, en el empleo de pequeñas y medianas empresas vinculadas al sector.