Con el reconocimiento de la sensibilidad del momento, pandemia mediante, el diputado nacional Pablo Carro intenta poner en marcha un proyecto para crear un “Fondo Especial para trabajadoras y trabajadores artesanos”.

Con la emergencia sanitaria vigente, junto al aislamiento, el representante de Córdoba aduce que la idea surge porque “la imposibilidad de utilizar las ferias, mercados y plazas como espacio tradicional de comercialización, así como también el freno a las actividades turísticas, hace estimar que será una de las últimas actividades en recuperarse”.

El contexto del sector está marcado por la informalidad y poder acceder a todos, pero su estimación es que “hay que darle cauce a una solución urgente para cerca de 50.000 personas”.

Las necesidades del sector apuntan a poder contar con materias primas y créditos blandos, pero también para “la capacitación y asistencia para nuevas modalidades de comercialización de sus productos”.

A su vez, la situación de estos trabajadores es “muy delicada” por su carácter informal, visibilizada en las dificultades para cubrir los gastos mínimos.