Así como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) consume un porcentaje de quienes gastan su dinero, y la inflación hace lo propio con los que deciden guardarlo, ahora también el ahorro bancario deberá tributar.

Se trata del impuesto a la Renta Financiera, decretado por el gobierno días atrás y que tiene efecto de manera retroactiva, impactando por caso en los plazos fijos.

El gravamen golpea de modo particular a la clase media, que en algunos casos se volcaron hacia este sector debido a la alta tasa de rentabilidad durante los últimos meses.

Deberán tributar el 5% de las regalías todas las personas que durante el año pasado obtuvieron a partir de $ 66.900 de ganancias por estas operaciones.

El valor de ganancias anuales alcanzadas subirá a $ 104.735,77 para 2019 y se actualizará de acuerdo al índice de Precios al Consumidor (IPC) cada octubre.

De acuerdo a una tasa promedio del 40% (hoy Banco Nación abona casi 50% anual), sostener un plazo fijo todo este año de $ 260.000 obligará al pago del tributo.