Desde adentro del Banco de la Nación Argentina aducen que se trata de “una maniobra compleja” y, con serias sospechas de que haya sido fraudulenta, ya se abrió un sumario a los funcionarios en cuestión.

Es que la extensión de créditos otorgados a la cerealera Vicentín despierta sospechas por todos lados. Declarada en cesación de pagos pese a que sus balances dan números en otra dirección y con sus dos plantas ubicadas en Santa Fe cerradas, hoy le debe a la entidad bancaria oficial un equivalente al 20% de su patrimonio computable.

De los informes se desprende que tiene deudas por mil millones de dólares, de los cuales casi U$S 350.000.000 son con la entidad bancaria, aunque también le debe a proveedores y trabajadores, y los bancos Provincia de Buenos Aires, Hipotecario y Macro.

La firma recurría a solicitar un “adelanto” en dólares para prefinanciar exportaciones. En situaciones regulares, el dinero se usa para la compra, el traslado, acopio y procesamiento del cereal, pero el dinero se devuelve al cobrar. Pero en los años de gestión de Javier González Fraga, no sólo se dejó de pagar el préstamo y se lo dejaba “pendiente hasta la próxima campaña”, sino que se le dio la posibilidad de ampliar el pedido.

No es menor el vínculo personal existente entre el propietario de Vicentín, Alberto Padoan, y el expresidente Mauricio Macri. De hecho a través de la empresa, de otras vinculadas y pagos particulares, realizó importantes aportes a la última campaña para la reelección del dirigente del Pro.

La ausencia de notificación de la situación en el directorio del Banco Nación es llamativa. Inclusive en varias ocasiones el Banco Central había enviado pedidos para ratificar si tal flexibilidad contaba con avales del Directorio del organismo.

Vicentín se declaró en quiebra el 6 de diciembre de 2019, pero venía de un lustro de un crecimiento impactante, llegando a ser la cuarta cerealera de mayor facturación en 2015 a ser la primera en su rubro en 2018.