A los 117′, el VAR decretó un penal para el Chelsea frente a Palmeiras en la final del Mundial de Clubes. De inmediato, el capitán César Azpilicueta tomó el balón y amagó a ser el ejecutor de la pena máxima. Gustavo Gómez y los jugadores del cuadro brasileño se acercaron para intentar sacarlo de su estado de concentración máxima. Sin embargo, esta fue una gran movida de distracción del líder del cuadro británico, puesto que le permitió a Kai Havertz prepararse para el penal con total tranquilidad. ¿El resultado? El exLeverkusen convirtió el 2-1 que a la postre sería definitivo, brindándole un nuevo título al Chelsea.

¡Chelsea venció a Palmeiras en el tiempo extra y se consagró campeón del Mundial de Clubes! - ESPN Video

Lo cuenta muy bien en este hilo de Twitter Geir Jordet, Investigador en psicología del fútbol

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