Las nuevas generaciones han visto ganar muy poco a Argentina, de visitante, en sus duelos con Brasil. Es más, los veinteañeros directamente no han podido disfrutar de esa alegría porque en las dos últimas décadas esa situación, directamente, no se ha concretado.

El último festejo albiceleste en tierra hermana fue en los primeros días de abril de 1998, cuando Argentina se impuso 1 a 0 a los tetracampeones del mundo. El amistoso sirvió de preparación a ambas selecciones para afrontar el mundial de Francia, que finalmente ganaría el equipo galo.

Las crónicas apuntan que el trámite fue de discreto para abajo, que no hubo muchas emociones en los arcos y que la actuación del scratch fue sencillamente mala, a tal punto de ser despedida a puro silbidos y abucheo. En cambio, la selección, por entonces dirigida por Daniel Passarella, saludo en el final a las tribunas y recibió a cambio aplausos y aprobación general.

El gol, cuando el encuentro ya se moría, fue concretado por el riotercerense Claudio López. La selección argentina obtenía una victoria que le serviría de mucho en el aspecto anímico para afrontar el torneo ecuménico, aunque finalmente su derrotero se detendría en cuartos de final, en cuya instancia fue derrotada por Holanda por 2 a 1.

Sin saberlo, "El Piojo" se convertiría en artífice de un victoria que, a más de 20 años de distancia, todavía se sigue añorando.