El sueño del ruso Kirill Tereshi era ser la persona con los brazos más grandes del mundo. Para eso tomó una pésima decisión: comenzó a inyectarse litros de aceite (synthol inyectable) en sus bíceps hasta lograr un diámetro de 60 centímetros.

Los efectos secundarios del synthol (85% de aceite, 7.5% de lodicaína y 7.5% de alcohol) lo devastaron: "Realmente sentía que me moría. El dolor era indescriptible".

Fueron años siguiendo esta metodología: comenzó hace cinco años, cuando tenía 18, y en los últimos días se sometió a una operación para quitarse parte del líquido que tiene almacenado en su cuerpo con el objetivo de salvar su vida.

"Corro riesgo", admitió Tereshi en un video difundido en las redes sociales. El verdadero drama comenzó cuando el aceito alojado en sus brazos saturó los tejidos musculares y bloqueó el flujo sanguíneo.

"Todo eso tiene que ser sustraído. Por ahora he quitado los tejidos dañados de un sólo brazo. Necesitamos mantener la vena, los nervios y otras funciones de la extremidad", explicó el cirujano Dmitry Melnikov, quien estuvo a cargo de la operación.

El Popeye ruso se sacó el aceite de los brazos para salvar su vida
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