La cuestión trascendió largamente a la cuestión deportiva y la expectativa por ver una definción de Copa Libertadores entre River y Boca.

Tal es así que Gianni Infantino, presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) que está en el país hace unos días, se disponía en el estadio Monumental a ver la revancha del superclásico. Pero terminó siendo demandado a la hora de tomar decisiones.

En el cónclave que a priori encabezaron Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici, como presidentes de los clubes, y las máximas autoridades de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), también se sumó Infantino, pasadas las 17:00.

A esa hora la pelota ya debía estar rodando, pero con varios jugadores de Boca heridos, después del ataque de hinchas de River al colectivo, la cuestión tomó otro cariz.