La bailarina argentina, Eleonora Cassano, de 53 años, denuncia que el Teatro Colón, lugar donde desempeñó -al igual que Julio Bocca- gran parte de su carrera, no hizo los aportes previsionales y debería jubilarse como ama de casa.

"Yo estoy luchando. Hablé la otra vez con abogados y me dijeron que parece que me sale la jubilación, pero como de ama de casa”, afirmó en una entrevista con con AM 1300 Radio La Salada.

En esa misma nota, la bailarina explicó que en esa profesión los bailarines se jubilan a los 40 años con 20 de aportes. “A nosotros (por Bocca y por ella) nos habían dado una licencia sin goce de sueldo para representar al Teatro Colón en el mundo. Empezamos a hacer eso y no paramos más. En esos años no se hicieron los aportes jubilatorios correspondientes. Es decir, el tiempo de aportes es muy poco en relación a la carrera que tengo. Si quisiera jubilarme tendría que ir al Colón 20 años más a no hacer hacer nada”, detalló.

Compañera de carrera de Julio Bocca informó que el bailarín estaba en esa misma situación pero él decidió renunciar al Ballet. “Yo no. Es mi lugar, me crié ahí, me lo gané. Alguien tiene que pensar un poco todo esto porque es una vergüenza. Como mi caso hay un montón de bailarines en la misma situación (...) Tratar a artistas como empleados municipales, como sucede ahí, es muy triste", manifestó.

Cassano comenzó en el ballet cuando tenía solo 7. Brilló en los más destacados escenarios del mundo llevando el Ballet Argentino a lo más alto y gracias a un temperamento desestructurado se permitió cambiar tutú por plumas para ser estrella en el teatro Maipo, incursionar en géneros como tango y folklore, ser Evita en la obra de danza teatro “La Duarte”, también se permitió ser modelo de Playboy y participante del Bailando por un Sueño de Marcelo Tinelli en televisión.

En el año 2012, la bailarina se retiró. “No haberme podido despedirme en el Colón me duele por las personas que no me invitaron. Era gente conocida que no fue capaz de decir si quería hacer un tanguito antes de despedirme. Me dolió y me duele”, dijo.

Además se refirió a la gala que hizo el Teatro Colón para la Cumbre del G-20, hace casi un año, a la que fue convocada. “A mí me llamaron para ir y no me terminó de cerrar. A último momento pensé que iba a ser toda una complicación. Fue una decisión personal: no me pareció volver a bailar en el Colón para hacer una pedorrada de 30 o 50 segundos. Yo tuve mi despedida divina en la 9 de Julio”, frente a 30 mil personas.

Hoy, madre de dos hijos, sube al escenario del Teatro Coliseo, donde va a estrenar una coreografía, en una nueva edición de la “Gran Gala por los niños” a beneficio de la Fundación Julio Bocca, Manos en Acción y Patronato de la Infancia, organizaciones que asisten a más de 2 mil niños en situación vulnerable.