Mientras Menem aún no muere y lo nuevo no termina de nacer.

Mientras las Sputnik V (en el 12 le siguen diciendo “cinco” en lugar de “ve”) vienen traídas por la aerolínea de bandera que el macrismo no pudo arriar.

Mientras Anmat ya autorizó su aplicación de emergencia.

Mientras el delirio Lila (el diminutivo es para algo querible o pequeño y Carrió no reúne ninguno de los dos requisitos) la lleva a denunciar a Alberto y a Ginés por ¡¡envenenamiento!!

Mientras Juez (y parte de cosas opuestas) aspira a seguir desgobernando la provincia.

Mientras todo esto ocurre, nos ocurre, les cuento…

Dos cuentos sajones, para y sobre la Navidad

El primero del inglés Charles Dickens   

“El viejo avaro Scrooge no celebra la Navidad sin importarle lo que pase, hasta que se le aparecen tres espíritus. El del pasado lo contrasta con la soledad de la niñez y la alegría romántica de su juventud.

El del presente que le cuenta como se celebra la Navidad en su país donde HASTA su empleado es feliz.

Y el del futuro que presenta la ruina de Scrooge y muestra su tumba.

Pero……Scrooge cambia, celebra la Navidad con regocijo y con una alegría gigantesca, que tan sólo el amor, la solidaridad y la Navidad nos puede dar.”

Y el segundo del yanqui O. Henry

“Una pareja joven es demasiado pobre para hacerse regalos de Navidad. El chico vende su reloj de bolsillo para comprar a su mujer un juego de cepillos para peinarse su larga y preciosa melena. Entretanto, ella corta su precioso cabello y se lo vende a una empresa de pelucas para  poder comprar a su marido una cadena para el reloj”.

Esperanzado el primer cuento, tristón pero tierno el segundo, habría que ver cual le sienta mejor a esta Navidad tan extraña que transcurriremos.