La economía es una disciplina aún joven comparada con otros campos del saber, pero hunde sus raíces en el pensamiento de la filosofía, la ética y la política del más remoto pasado de la civilización.

Desde el momento en que el primer primate se irguió sobre sus pies para recoger un fruto, comenzando así su lucha por dominar la naturaleza, ya la forma de satisfacer sus necesidades le planteó interrogantes. Pero pasaría mucho tiempo antes de que la evolución biológica, política y económica diera lugar al nacimiento de un sistema de producción de bienes y de sus relaciones sociales que permitieran el nacimiento de una disciplina específica y autónoma, aquella que fue llamada por sus fundadores economía política.

La revisión de dicho proceso de formación y desarrollo de las ideas económicas constituye el objeto de este libro; la pretensión es que sirva de guía y apoyo para un curso de grado de Historia del Pensamiento Económico, que debería ser obligatorio en la formación de los economistas, como ocurre actualmente en la Universidad Nacional de Córdoba. Con este trabajo no se pretende reemplazar a otros textos sobre el tema y, menos aún, evitar la siempre recomendable visita a las obras originales de los autores que se consideran.

Adicionalmente, el lector sin formación en cuestiones económicas puede encontrar interesante su lectura porque los temas son abordados de la manera más clara y simple posible.

Las crisis económicas de los últimos años, las dificultades para comprenderlas con las herramientas de la economía “convencional” y el surgimiento de nuevas perspectivas teóricas han generado un renovado interés en los orígenes y evolución del pensamiento de los grandes autores de la disciplina.

Si bien existen excelentes tratados sobre la materia, en el presente libro se consideran algunos temas que habitualmente no forman parte de los textos disponibles. Por una parte, aunque brevemente, se analizan algunos antecedentes que no se refieren exclusivamente al pensamiento occidental que muchas veces son ignorados por una “visión europeo-céntrica”; las ideas económicas vigentes en la antigua China e India están entre ellos.

Además, la inclusión de las ideas de los hombres de la Revolución de Mayo de 1810 en el Río de la Plata y también las de economistas latinoamericanos intentan morigerar el “sesgo anglosajón”, que parece haberse profundizado en la disciplina desde las últimas décadas del siglo XX.

También se han incluido algunas consideraciones sobre las mujeres en la economía, no solamente por la discriminación que aún hoy sufren en el mundo del trabajo, sino también para destacar sus aportes teóricos muchas veces subestimados por el relato académico.

En el texto se ha enfatizado que la evolución de la economía ha requerido del concurso de intelectuales preocupados con los problemas de las sociedades en que les tocó actuar. La economía no es solamente un conjunto de cuestiones estrictamente teóricas, es también un territorio de opiniones que recogen la “visión previa” de los autores, de sus intereses y de sus convicciones.

El compromiso social con su tiempo impone al economista la obligación de plantear los problemas y de abordarlos con el objetivo de contribuir a mejorar la situación de quienes viven esa realidad. En última instancia, la economía como espacio de pensamiento y como disciplina científica solo adquiere relevancia en la medida de su vinculación con un contexto histórico y un marco institucional determinados; separada de estos puede transformarse en un conjunto de construcciones abstractas, a veces muy sofisticadas, pero poco útiles para la sociedad.

Una conducta intelectual que “huye” de los problemas de la realidad es un ejercicio estéril que poco aporta a la sociedad y que corre el riesgo en aproximarse peligrosamente, a una mera justificación de las políticas económicas de turno. El estudio de la historia del pensamiento económico ayuda a evitar ese riesgo y permite percibir el comportamiento que tuvieron los grandes economistas en diferentes momentos.

Otro rasgo destacable que permite advertir la historia de la disciplina es que el tránsito de un paradigma teórico a otro nunca es un mero perfeccionamiento de la estructura analítica existente, sino que en algún sentido son instancias disruptivas; no es el “progreso lineal y acumulativo” lo que caracteriza la evolución del pensamiento económico y es por ello que se habla de “revoluciones y contrarrevoluciones”: la revolución de los teóricos de la utilidad, la revolución marginal, la revolución keynesiana, la contrarrevolución monetarista, son algunas de las estaciones que necesariamente se transitan al recorrer la historia de las ideas económicas.

Prof. Dr. Alfredo Félix Blanco

El libro “Las ideas de los grandes economistas” será presentado por el Canal de Youtube de la Editorial de la UNC, el próximo 8 de julio, a las 18 horas.