Los que a gatas tienen el vuelo de una bataraza ponedora, adjudican el “Pichuco” a que su padre tenía un amigo al que llamaban así.

Los etimologistas sospechan en cambio que puede provenir de “picciuso” que en  napolitano querría decir “llorón” lo que le sentaría bien a esa actitud de Buda frente su instrumento cuando se decía, se sentía y se veía que Troilo “hacía pucheros”: como en “Quejas de bandoneón”  tango instrumental compuesto por Juan de Dios Filiberto en 1918, recién publicado ¡por su cuenta en 1920 porque no le interesaba a nadie! y que recién  encontró el espaldarazo final cuando en 1944  Aníbal Troilo lo incorporó a su repertorio con un arreglo realizado por… Astor Piazzolla…

Murió hizo 45 años el pasado lunes 18 de Mayo a los 60.

En su “Nocturno a mi barrio” (en los videos adjuntos hay un fragmento del Radioteatro de la década del 60' "ROLANDO RIVAS Taxista "…) tal vez el mismo Troilo se defina mejor de lo que podríamos hacerlo nosotros.

Con un pequeño gran recuerdo que intentaría escenografiar su universo.

En un concierto de Piazzolla en el Teatro San Martín (aún llamado Rivera Indarte por los que no saben quién era, espero, para disculparlos) escribiendo para un diario que por entonces aún lo era, la magia de la música de Astor, me elevó al cielorraso del teatro donde brillaban nuevas estrellas junto a las antiguas que aún muertas nos iluminan. Eran las que provenían del rebote de las luces del escenario en el nácar del fuelle de Piazzolla: el Doble Aa enemigo de la triple.
En ese mismo cielo, cabe según Pichuco su “Nocturno a mi barrio”.

“Mi barrio era así, así, así. Es decir qué sé yo si era así?

Pero yo me lo acuerdo así!. Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio,

Cuándo? …pero cuándo? Si siempre estoy llegando!

Y si una vez me olvidé, las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja titilando como si fueran manos amigas.

Me dijeron: Gordo, gordo, quedáte aquí,
Quédate aquí.”
Y ahí se quedó, llegando….