La guerra, el desastre bélico y la arbitrariedad fascista, muy especialmente el nazismo, son hoy productos para el entretenimiento ligero: hay todo tipo de tendencias en torno al cine de guerra. Podemos mencionar aquí Overlord (dirección de Julius Avery; 2018) ese siniestro film, también disponible en Netflix, donde zombies y nazis intercalan protagonismo en una aventura afiebrada, llegando casi al cómic. Overlord es una buena película donde los muertos que se arrastran resultan menos terroríficos que los que aún, por azar, conservan la vida. 

Pero volvamos a la Primera (o Gran Guerra). El capitalismo y la guerra son hermanos que se reproducen entre sí. A inicios del siglo XX se genera un desborde de invenciones y saltos industriales estimulados en su mayoría por la urgencia de los enfrentamientos. 

La aparición de ametralladoras, tanques, lanzallamas y ataques por aire cambiaron para siempre el asunto dramático de la guerra: los enfrentamientos perdieron su anterior escala humana para amenazar un desastre total, apocalíptico. En Sin novedad en el frente está el delirio de los alemanes cuando ven avanzar desde la bruma a los tanques de acero; quizá ésas sean las novedades del frente: la proliferación de nuevas herramientas para matanzas más efectivas

Remarque pertenece a una generación de escritores que vivió de cerca las dos guerras mundiales.
Remarque pertenece a una generación de escritores que vivió de cerca las dos guerras mundiales.

Quizá la fibra del film, además del “extremo realismo” que la tecnología actual le permite al género, no sea otro que mostrar una humanidad desnuda, en soledad como nunca: los generales, instruidos clásicamente en -el mal llamado- “arte de la guerra” quedan sin reacción ante una tecnología que avanzó de manera inédita sobre su especialidad: la estrategia y la sorpresa. La Gran Guerra es la guerra del acero y el fuego. Es la guerra contra la humanidad y su proporción

Sin ponernos solemnes, y advirtiendo que se trata de una película basada en uno de los textos antibélicos por excelencia, Sin novedad en el frente prioriza su espectacularidad y sus efectos, estallando las bombas siempre un milímetro más allá del protagonista. La cinta avanza cuidando la creciente narrativa del suspenso: el espectador no puede dejar de preguntarse qué pasará con este soldado.

La intervención sonora es uno de los grandes aciertos del film y es difícil no vincular el trabajo de sonido a Whiplash (2014, con dirección Demien Chazelle). Los platos, el redoblante y la distorsión de las guitarras van encauzando férreamente las tropas hacia la locura. 

En la Alemania de 1917, Paul Baumer miente sobre su edad para poder luchar contra los franceses. La idealización de las armas y la cruda realidad, los momentos de fase del protagonista.
En la Alemania de 1917, Paul Baumer miente sobre su edad para poder luchar contra los franceses. La idealización de las armas y la cruda realidad, los momentos de fase del protagonista.

Sin novedad en el frente transcurre completamente en el denominado “frente occidental”. Años de combate en medio de esas trincheras, y miles y miles de muertes, no lograron modificar las latitudes de las líneas; apenas unos metros de actualización tras cada nueva matanza. 

Las escenas, los combates, los travelings, los planos secuencia y toda la técnica desapercibida están a tono con una superproducción de estas características; recordamos que el film aspira al Oscar extranjero cuando en Ucrania silban todavía las balas. 

Sin Novedad En El Frente (2022) Netflix Tráiler Oficial Subtitulado

Irreprochable desde lo técnico, el film puede habilitar la retórica: ¿logra bajar un mensaje antibélico al mismo tiempo que presenta un producto espectacular y sórdido? De tener respuesta, la pregunta no tendría sentido.

100 años sin novedades 

Entre la ola editorial humanista de la década de 1920, Sin novedad en el frente es el título de una obra que advierte lo evidente: qué noticias podría traer la guerra sino las peores.

En una de sus Aguafuertes, Roberto Arlt escribe: “Ustedes sabrán que el libro Sin novedad en el frente es la obra más revolucionaria, humanamente revolucionaria, que haya podido escribirse después de El fuego de Barbusse y El hombre es bueno de Leonard Franck”.

Por su éxito editorial, Sin novedad en el frente fue rápidamente traducida al inglés y convertida, por el realizador Lewis Milestone, en un largometraje de Hollywood en 1930, el tercero en la historia en ganar un Oscar a la mejor película.

En su aventura por sobrevivir, los soldados resplandecen en su estado más silvestre y salvaje.
En su aventura por sobrevivir, los soldados resplandecen en su estado más silvestre y salvaje.

Sigue Roberto Arlt: “El libro de Remarque es, sobre todo, impresionante, porque desde el principio al fin, lo que vemos  o escuchamos es el trabajo del cañón. El monstruoso cañón. De principio a fin. La gama de todas las explosiones, la macabra fantasía de todos los despedazados. Y como contraste maravilloso, en un pueblo lejos de las líneas del frente, algunos profesores alemanes conversando de lo heroico de la guerra”. 

Y sigue, para terminar: “En la trinchera, cargada del fango, que escupe a cada segundo el rebote de la metralla, unos estudiantes de filosofía que se dicen: `Y todo lo que hemos estudiado, ¿para qué nos sirve? En la universidad se nos enseñaba la belleza de la guerra, de lo heroico, de las conquistas, la grandeza del militarismo, la filosofía de Kant, pero aquí todo eso ¿qué tiene que ver con la guerra? ¿Con la horrible guerra? ¿Con el hombre que durante cuarenta y ocho horas gime enterrado bajo cadáveres?”. 

Ese contraste entre generales y soldados, peones y reyes, especuladores e ingenuos, está muy bien retratado en Sin novedad…

FICHA

Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues, Alemania/2022). Director: Edward Berger. Guion: Ian Stokell, Lesley Paterson y Edward Berger. Fotografía: James Friend. Música: Volker Bertelmann. Elenco: Felix Kammener, Albrecht Schuch, Daniel Brühl, Sebastian Hulk.