Es la decisión del jurado, presidido por el escritor Fernando Aramburu, y por los también escritores Olga Merino y Ray Loriga, la escritora y librera de Lata Peinada, Paula Vázquez, la editora y directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Marisol Schulz Manaut, y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), directora editorial de Alfaguara, que eligió por unanimidad El tercer paraíso, de Cristian Alarcón.

"La novela, dijo el autor, fue escrita totalmente en pandemia." Se recluyó en el sur de Chile, diagnosticado con Covid 19 y utilizó ese tiempo para escribir.

 “Siempre consideré al periodismo literatura pero en esta ocasión decidí dedicarme íntegramente a la literatura” agregó Alarcón, nacido en La Unión, Chile, en 1970.

 Es licenciado en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Es codirector de la Maestría en Periodismo Narrativo de la UNSAM (Universidad Nacional de General San Martín), y fundador y director de Anfibia, revista digital de crónicas y ensayos narrativos editada por la UNSAM, y de Cosecha Roja, la Red Latinoamericana de Periodismo Judicial.

A lo largo de su carrera hizo periodismo de investigación y realizó crónicas para: Clarín, Página 12, Crítica de la Argentina y en las revistas TXT, Rolling Stone y Gatopardo.

El premio consta de 175 mil dólares y una escultura de Martín Chirino, el Premio Alfaguara quedó en manos del escritor chileno que envió el texto a la convocatoria bajo el seudónimo de Daniel Vitulich.

También es autor de títulos como : Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (2003) y Si me querés, quereme transa (2010) mezcla literatura con etnografía urbana convirtiendo relatos actuales en novelas de no ficción. En el libro Un mar de castillos peronistas (2013) escribe crónicas de viaje y perfiles de personajes marginales y disidentes.

¿De qué trata la novela ganadora?

El protagonista, ante el advenimiento de la pandemia, se siente tentado de hir a una cabaña en las afueras de Buenos Aires y aguardar lo que pueda pasar. En esa circunstancia se dedica a cultivar plantas en su jardín. Su amor por la naturaleza le lleva a indagar en la formación del pensamiento científico, el nacimiento de la botánica y la gran aventura de las expediciones europeas del siglo XVIII. Al mismo tiempo, rememora la historia de su familia, que fue arrancada de cuajo de sus raíces en Daglipulli, Chile, por la dictadura de Pinochet.

Esta novela es un relato luminoso sobre la vida cotidiana de un individuo pero también sobre las tragedias colectivas que nos acechan. Lo pequeño, lo sencillo, ese paraíso personal que construimos como refugio es también, en última instancia, lo que siempre nos salva.

En la conferencia, Alarcón confesó que “este premio se lo debo a muchas personas: mi madre, mis abuelos varones, con todo lo duro que es contar la historia de América Latina desde una perspectiva consciente, los daños que ha producido el patriarcado en nuestros cuerpos y en nuestra conciencia”.

Según palabras del Jurado: 

“La novela abre una puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio frente a las tragedias colectivas. Como dice el autor, ‘la belleza comienza en la maravilla de las flores, tan hermosas como finitas, en las que siempre veremos el misterio que no puede ser resuelto’