Se llevó a cabo la primera de las cuatro fechas de “El Encuentro”, uno de los acontecimientos más importantes de los últimos años, donde Jorge Rojas y Los Nocheros volvieron a juntarse después de casi veinte años.

1:00 am del 17 de febrero será, de ahora en más, recordado como uno de los momentos históricos de nuestra música. Es que en ese preciso momento, Jorge Rojas subió al escenario cuando promediaba el show de Los Nocheros y se convirtió en el regreso tan esperado. 

En la gacetilla de prensa se hablaba de “una página en blanco en esta historia donde se escribiría un nuevo capítulo”. Y vaya si se empezó a escribir algo inolvidable.

A las 19:30 ya había una cuadra de fila. Las puertas se abrirían más tarde, pero poco importaba. La espera no iba a ser larga, nada comparada a la que tuvo la gente para volver a verlos a ellos.

Al entrar a “La Yapa” las sonrisas, los festejos de antemano y la buena vibra era lo más notorio. También la ansiedad que fue mermada con un trío del Chaco Salteño, con Javier Helguero a la cabeza y hasta una banda improvisada en las mesas, que hizo que la gente se juntara a corear las canciones. Desde bien temprano la sensación de fiesta fue muy palpable. 

También, a las 21:30, cuando empezó a llevarse a cabo con el dúo Saypa, conformado por Mauricio Pasten y Fabio Salem, subiendo al escenario para abrir la velada. El conjunto soporte de Jorge Rojas en sus presentaciones, también fue el responsable de serlo en esta fecha tan especial.

 “Emocionados por ser parte de algo tan histórico” cantaron una canción que hablaba de la amistad junto a Pedro Toledo, acorde al momento.  

 Alimentarse el alma 

Cristián Bazán, el presentador, invitaba a la gente a que fuera a recorrer el predio de La Yapa y aprovechara a degustar alguna de las tantas opciones que había para la cena. Pero la gente, por más que el armado técnico demorara, no se movía. 

Ya habría tiempo para alimentar al cuerpo, lo que estaban deseosos era de alimentarse el alma. Eso empezó a ocurrir cuando Jorge Rojas saltó al escenario, para dar rienda suelta a la alegría de las tres mil personas que llenaron el lugar. Un Rojas que disfrutó de principio a fin, que agradeció a más no poder semejante noche, siendo que él fue responsable de semejante movida. 

Canción tras canción la intensidad y la emoción fue en aumento,“Va a ser un enorme placer compartir esta noche con ustedes” dijo Jorge notoriamente emocionado, para hablar de la influencia musical que tuvo el grupo en su carrera y confesar: “Hoy desde el principio al final, desde la primera canción que canté, hasta la última que vamos a cantar los cuatro forman parte de un mismo árbol”.

Y esas canciones continuaron cuando Mario Teruel, Rubén Ehizaguirre y Álvaro Teruel, subieron al escenario, para que la gente se diera cuenta de que sí, de que faltaba menos para vivir “el momento”.

 Para ser reconocidos por Mario, cuando les agradeció por tantos años y reconociéndose ser parte de “un barco, que ha navegado diferentes aguas, al compás de las canciones”. 

Emoción arriba y abajo del escenario (Foto: prensa Agustín Nanni)
Emoción arriba y abajo del escenario (Foto: prensa Agustín Nanni)

 Y el corazón me dice que no te olvidaré  

1:00 am del 17 de febrero será, de ahora en más, recordado como uno de los momentos históricos de nuestra música. Fue cuando Jorge Rojas subió en medio “No saber de tí”, para sumarse a Los Nocheros. Desde ese momento la noche fue mágica, única, inolvidable, histórica, conmovedora y con todas las características que no se pueden describir. Bastaba con verle la cara a Jorge, bastó con ser testigos de su abrazo con Mario. Bastó con ser parte de semejante momento, en donde muchos gritaban, tantísimos otros lloraban, pero toda la gente lo vivió como lo que fue: un momento “para toda la vida”.

Fue una hora de show, fue una hora de reencuentro, una hora que Teruel lo explicó como “cuando te encontrás con una novia vieja y quedan ganas todavía…”; con quince temas que ya son parte de la banda sonora de nuestras vidas y del cancionero popular: Me enamoré de una zamba, Cosa peligrosa, La Yapa, Roja Boca, Entre la tierra y el cielo, Las Moras, Jamás, Yo soy tu río, En suspenso, Vuela una lágrima, El humahuaqueño, Canción del adiós, Chacarera del rancho, La Cerillana.

Fue una hora de show, para que La Yapa justificara su nombre de “Grandes Encuentros” como se leía en el cartel de entrada. Para que la gente no quisiera ver la salida y para atesorar este momento como lo hicieron: Saltando, bailando, riendo. Ellos en el escenario y el público debajo. Con las sonrisas que no se borraban, con las lágrimas que caían, con los aplausos que no cesaban, con el pecho inflado. 

Con Rubén feliz, con Mario y Álvaro que se miraban y no lo podían creer, con Jorge que no paraba de conmoverse. Un regalo para ellos y para todos a 30 años de que Los Nocheros fueran Consagración en Cosquín, que fue el momento cuando la mayoría de esta gente empezó a seguirlos,  quererlos y a cuidar este árbol de canciones. Un necesario momento para ellos y para toda la gente, que desde hacía casi dos décadas esperaban este inolvidable encuentro.

/Fuente y fotos: Prensa del espectáculo/