“Mi vieja me decía Negro, Negrito, como esos perros que no tienen raza.”

Raro apodo para un “intelectual” : “Los rosarinos somos creativos, a falta de paisaje Rosario tiene lindas minas y buen fútbol. ¿Qué más puede pretender un intelectual?” Esa era la respuesta de Roberto Fontanarrosa cada vez que le preguntaban por qué vivía en Rosario y agregaba : ”Soy, lo confieso, uno de los tantos rosarinos que anhelan, egoístamente, que no seamos millones.”

Es que Fontana (como le decimos en Córdoba) , con el paso del tiempo, perdió el pelo pero no las mañas . Si fuera literal, contestaría: “Esos tratamientos de insertar cabello por cabello es como si te hicieran una transfusión de sangre glóbulo por glóbulo.”

El paso del tiempo no sólo puede convertirte en pelado. Fuera de su contexto, el chiste propio que más gracia te hizo puede teñirte de machista: “Un chiste casi típico de mi manera de encarar el humor es uno que ilustra la tapa del libro de la pareja. La mujer le dice al esposo: “Querido, ya llevamos 18 años de casados”. El tipo le contesta con otra pregunta: “¿Y falta mucho?”.

Fontana era tan adicto al trabajo que no se le notaba en la espontaneidad y en lo cotidiano de sus labores creativas. Pero si en su vida real. “En las vacaciones, yo no sé qué hacer. Nunca supe, por ejemplo, cómo era el uso del mar. No sé qué se hace en el mar. Hemos ido con el Negro Caloi, con todo el despelote de llevar reposeras, sombrilla y bolsos, y decimos: “¿Y ahora qué hacemos?”.

El Negro hizo gráfica, teatro a través de Daniel Araoz en “Aryentains” y de Les Luthiers en sus guiones, y televisión. Pero nunca hizo radio, aunque dos espacios en Córdoba, en la 102.3 universitaria y la FM Nexo de Villa Allende, llevan títulos de sus trabajos. “Nada del otro mundo” y “El mundo ha vivido equivocado”.

Admirador de los narradores norteamericanos de corte periodístico. como Hemingway, Salinger, Capote, Irving.a los que agregaba el argentinísimo Gordo Soriano, fundamentaba: “los que cuentan con bastante sencillez algo, son los que más me han influenciado.” Y a continuación se definía: “Soy un narrador, que a veces cuento con el dibujo, a veces con el texto y a veces con las dos cosas. Cuando lleno las tarjetas de embarque pongo “dibujante”. Es lo primero que naturalmente me sale decir.”

Yupanqui le dijo una vez a Cognigni que los humoristas viven dolorosamente.

“En general el humorista gráfico parte de la introspección. Casi todos los chicos que dibujan son muy callados, cerrados y creo que por eso mismo dibujan, como una manera de llegar a la gente. Aparte se necesita un cierto grado de observación y casi siempre la observación parte más de escuchar que de hablar. Lo que tampoco se puede caer es en la leyenda del payaso triste. Sí es cierto que, salvo algunas excepciones, como el Negro Crist, casi ningún humorista gráfico es un entretenedor. No es que llega Quino a una fiesta y dicen “ahora empezó la joda”. Pero son tipos, me refiero a Quino, Caloi, Les Luthiers, que en una mesa de 6 u 8 personas se arma y te cagás de risa.”

A partir de principios del 2015, como todavía teníamos de que reírnos, se celebra el Día Nacional del Humorista el 26 de noviembre por el natalicio de Fontanarrosa. que decía que lo que a él lo entretenía era la gente…

Aunque el Negro, a veces, era serio, “¡El Che era de Central!”.

Y siempre era cosa seria.

Fontanarrosa no se desdibuja