Juego de Tronos nos ha enseñado por siete temporadas y media que se puede sufrir mucho en una serie. Que los personajes que cualquiera con un poco de televisión en su bagaje puede reconocer como sobrevivientes, en esta serie mueren. No hay piedad, no hay convenciones y definitivamente hay mucha sorpresa.

El último episodio emitido de la octava temporada nos dejó el corazón en pedazos. Daenerys comienza a mostrarse vulnerable, Jon Snow de convicciones tambaleantes, Cersei absolutamente implacable y Sansa determinada a que se respete su voluntad.

La política retomó su lugar después de la Gran Batalla y la estrategia por los Siete Reinos es la nueva protagonista. En esa guerra, continuarán muriendo personajes entrañables y probablemente el final que soñábamos casi todos los seguidores de la serie no sea ese. Y lo más increíble aún, es que quizás los fanáticos hemos cambiado de parecer en los últimos episodios.

Mientras esperamos lo que sigue, podemos ir analizando el adelanto del penúltimo capítulo.

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