Jorge Cafrune: “yo sé que en pago me tienen idea” BIS.

Si orejano refiere al ganado sin marca, es decir libre, cimarrón, sin dueño, ¿no es absolutamente paradojal que haya sido un policía el que escribiera la letra de “El orejano”?.

“Yo sé que en el pago me tienen idea, porque a los que mandan no les cabresteo. Porque despreciando las huellas ajenas, se abrirme camino pa' ir donde quiera”.

Pero hasta las paradojas, a veces deslumbrantes, otras jibarizadas a disparate, contradicción, contrasentido o absurdo, pueden virar hacia sus antónimos, sensatez o lógica.

Porque el yorugua Serafín José García Correa que comenzó como un  humilde escribiente policial, fue ascendido a subcomisario en Santa Clara del Olimar, en la ribera de cuyo río, nacieron también  los autores de la letra, Braulio López y Pepe Guerra. “Los Olimareños”. 

“Porque cuando tengo que cantar verdades las canto derecho nomás a lo macho aunque esas verdades amuestren bichera ande naides creiba que hubiera gusano”.

Jorge Cafrune la hizo propia, cantándola, viviéndola. Hasta, casi increíblemente en “Ya tiene comisario el pueblo” vieja peli argentina cuando corre al sargento que interrumpe el truco y decomisa los porotos, y les canta la polca del espiante, orejana, claro. 

En el ahora sexagenario Cosquín, el turco también desafió lo establecido.

Allá por el 31 de enero de 1965, en la última luna del festival, hizo subir al escenario, sin previo aviso y mucho menos permiso, a una Negra Sosa que con sólo 29 años ya no era una total desconocida pues ya había publicado "La voz de la zafra" y "Canciones con fundamento", pero su presencia era resistida por razones políticas.

Años después, recién retornado de siete años de estadía en España donde les cantaba a los españoles que la voz de nuestra raza nunca acallada, ya en 1978, dijo: 

“Aunque no esté en el repertorio autorizado, si mi pueblo me lo pide la voy a cantar”, dijo en Cosquín. 

Se refería a “Zamba de mi esperanza” (¿prohibida por qué "a veces muere sin florecer”?).

En el testimonio,  legajo Conadep 4279, Celia Meschiatti cuenta que en el centro clandestino de La Perla en Córdoba, el por entonces (¿y ahora?) teniente primero Carlos Enrique Villanueva había dicho  “A Cafrune habría que matarlo para prevenir a los otros”.

Después de recorrer a caballo 750 kilómetros en 25 días para llevar tierra de Boulogne Sur Mer a Yapeyú, el primer día del 1978 de este febrero que ya se nos va, una camioneta atropelló al centauro y lo mató.

Que no se haya probado ni investigado  aún si aquello fue un accidente o una ejecución del “habría que matarlo” del milico denunciado en la Conadep, prueba que aún hay más marcas que orejanos…

“Porque al copetudo de riñón cubierto pa' quien no usa leyes ningún comisario

lo trato lo mismo que el que solo tiene chiripa de bolsa pa' taparse el rabo

Porque no me llenan con cuatro mentiras los maracanases que vienen del pueblo

A elogiar divisas ya desmeresidas Y hacernos promesas que nunca cumplieron…”

A 42 años de la desaparición del cantor jujeño de 40, las divisas se han fugado…