La aventurera del Rock le decían a María José Cantilo, la intérprete de ojos azules que se animaba a abrir camino a las mujeres en el género predominante masculino.

Murió a los 68 años y aunque otra Cantilo la superó en popularidad, su legado es indiscutible. En 1984 grabó su primer disco, compartiendo con David Lebón, León Gieco, Osvaldo Fattorusso, Daniel Colombres y con su hermano Miguel Cantilo.

Entre los temas aparece una versión propia en español de “Hurricane” (“El huracán”), de Bob Dylan. En 1989 volvió a intentar notariedad lanzando un segundo disco llamado En banda. 

Probó la vida en comunidad, se entregó al estilo hippie y hasta se animó a ser tapa Playboy. Sin fama o fortuna, acompañada de su guitarra se instaló definitivamente en la Patagonia donde tuvo cuatro hijos y encontró la senda de su espiritualidad con el yoga e Indra Devi. 

Estuvo presa durante dos años y ocho meses. Fue en 1992 cuando fue detenida por tráfico de drogas. De esa experiencia salió con ganas de reformarse, alejarse de los deseos de fama a lo rock star y en 1994 escribió un libro basado en sus vivencias en prisión, Desde la cárcel.

Fue parte del Festival Rosa Rosa, organizado por Erica García, que tuvo lugar en Cemento y que buscaba reunir a mujeres del rock local como Rosario Bléfari, Celeste Carballo y Claudia Puyó. 

Desde 1989 a 2011 editó 9 discos todos de producción independiente. Gaspar Banegas, uno de sus cuatro hijos que es además guitarrista del Indio Solari, produjo su último material.

Desde hacía varios años estaba viviendo en El Bolsón, provincia de Río Negro, y la noticia de su muerte fue confirmada por su hija Aimé en su cuenta de Instagram.